miércoles, 6 de febrero de 2013

Soy lo que serás

Y tú serás el amante que nunca tendré.
Cumplirás mis fantasías en mis fantasías,
me acercaré a ti, para besar tu mejilla,
pero desviarás tu rostro hacia el mío.
Y el choque de nuestros labios crearán
la conexión.
Conexión que nunca sentiré, no más que
en el recuerdo de lo no vivido.
Tus brazos rodearán mi cintura, haciéndola
de ellos su esclava, y la someterán a la
voluntad de tus deseos, y ella como fiel
a tu prisión, se acercará hasta tu pecho,
donde pueda sentir tu calor, calor que
desprendes en cada parte de tu cuerpo,
y que sacia la sed de tu servidora.
Y es cuando se desata el volcán de
emociones que brotan entre tu y yo.
Tomarás la silla que se hizo tu cómplice
y yo sentada en las piernas que nunca poseeré
tomaré lo que no me pertenece.
Caricias y besos de los que no seré
dueña, pero son míos en el silencio del salón.
Lentamente, destrozaré la camisa que te viste
y desgarraré el pantalón que te cubre.
Besarás mi cuello como si fuera la última gota
de sangre que beberá un vampiro.
Tu lengua se apoderará de mi piel, sin que yo
pueda defenderme, aunque para que quisiera
defenderme de tanto placer, como el que causa
el roce de nuestras almas fusionadas, como si
realmente pertenecieran la una a la otra y en esa
fusión  llegaremos al éxtasis una y otra vez, hasta
que la ilusión que vivimos nos parezca realidad.
Saldrás por la puerta por la que entré y nuestras
vidas no cambiarán.


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